jueves, 6 de noviembre de 2008

El muro transparente

Algunos trabajos pendientes me llevan a darle vueltas a la complejidad de nuestra identidad en la aldea global, cada vez más aldea por mucho que impresione el término "global". En una aldea cada persona está bajo el continuo escrutinio de todos: la famila, el municipio, el cura, el secretario, el guardia, el médico, ..., no es que no haya privacidad, es que es un concepto tan raro como el de sofisticación. Para qué querría ser sofisticado un aldeano: más o menos como le ocurre con la privacidad. Todas sus paredes son transparentes, lo íntimo pertenece a la tribu y a la familia. La conquista de la privacidad fue paralela a la construcción de lo civil, ahora en sentido estricto de construcción: paredes, muros, leyes, costumbres, vestidos, cosméticos, ..., para construir opacidades que defendiesen un dentro donde vivir una vida propia. Volvemos a la aldea: vivimos en muros transparentes, como éste, donde mi diario antes íntimo ahora es público, con mi currículum vitae colgado por ahí, dejando rastros por todas partes cada vez que uso la tarjeta, compro libros en amazon, visito páginas, emaileo a los amigos, llamo a través de un móvil cada vez más controlado,...
Quizá tendría que quejarme, pero no: creo que la cosa es más grave. No se trata de que no haya privacidad en la era internet: es que no sabemos qué tipo de ciudadano queremos construir. El ciudadano de la era de "mi casa, mi castillo" se ha hecho hipervisible. Quizá, quizá,... lo que hayamos de empezar a pensar que hay que pensar es en redefinir la identidad, lo público, lo íntimo y los ámbitos de libertad y autonomía que queremos preservar. Somos transparentes, pero no debemos engañarnos: ellos cada vez son más opacos, se esconden mejor en la multitud. Yo deseo un mundo cada vez más transparente, aunque eso me lleve a redefinir mis máscaras (a cambio se harán más traslúcidas las máscaras del poder).
Nuevos muros o tal vez nuevas máscaras. Necesitamos nuevas marcas de maquillaje.

1 comentario:

  1. Desde que estoy en Quito, llevo pensando en lo mismo que dices, y la cosa me sorprende, creía que estaba en una crisis de identidad!!!
    Aquí la gente vive todavía como en una aldea, tal y como describes. Yo, a diferencia, vivo sobre todo, a través de internet, usando las herramientas que ofrece por trabajo y como identikit (mi identidad no privada).
    He pensado tanto en por qué es tan importante, o por lo menos ese valor le doy, que en internet, con las pag web, entrevistas, blogs, foros, etc, uno tenga "varias" identidades. Si sumamos todas nuestras "identidades virtuales" no hay privacidad alguna, a que se debe? que esta herramienta al mundo nos hace ser mas importantes al mundo? o somos nosotros que tenemos la necesidad de abrirnos a los demás?
    En una aldea se tiene el proprio espacio y se respeta. En internet no, puesto que se desea todo, o al menos, formar amplia parte del mundo virtual donde más multitud hay.
    Tienes razón que llega un momento en el que se necesitan nuevas marcas de maquillaje.

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